Hoy quería hablar sobre una gran obra de arte y al mismo tiempo una mala noticia, ambas albergan en común varias paradojas que no deben pasar desapercibidas. El artista Miguel Barceló ha inaugurado una obra de arte, la cúpula de una de las salas de la ONU en Ginebra y que a partir de ahora se llamará “Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones”.
La verdad es que artísticamente en una maravilla y que un español haya sido el artífice de semejante obra, dice mucho de los artistas españoles y de lo que somos capaces de hacer y sobre todo de expresar. Pero, detrás de una gran aportación siempre hay un pero: ¿Cómo es posible que utilicemos casi 20 millones de euros en la remodelación de una sala de reuniones y no seamos capaces de acabar con la pobreza, el hambre, el cáncer, el sida…? He aquí la primera paradoja, la gran hipocresía del mundo capitalista en el que vivimos y del cual el que suscribe no queda aparte, también aporto mi granito de arena a este mundo consumista y egoísta y encima la llamamos sala de los derechos humanos, ja.
Otra noticia del día, de la cual no nos podemos sentir tan orgullosos, son las estadísticas europeas sobre la educación universitaria en nuestro país: Estamos en la última posición entre 15 países de Europa más Estados Unidos y Australia. Esto es un desastre y deja de manifiesto que el futuro de nuestros hijos no está nada asegurado en el mundo global, donde la movilidad geográfica, el idioma y las capacidades serán clave para el desarrollo personal. He aquí la segunda paradoja, que además encaja con la anterior: tenemos grandes artistas como Barceló, tenemos a Fernando Alonso, Pau Gasol, Rafa Nadal, las selecciones de futbol, baloncesto, balonmano, futbol sala, hockey, tenemos a Alberto Contador, a las chicas de sincronizada, y un largo etcétera de deportistas. También contamos con Bardem, Almodovar, Cervantes, Picasso, Dalí, García Márquez, Juan Ramón Jiménez y muchos más personajes españoles que han aportado grandes cosas a la humanidad, pero ¿es posible que nuestros jóvenes algún día tengan que decir que cualquier tiempo pasado fue mejor?
Si seguimos así, sin apostar por los jóvenes, sin invertir en educación, en valores, invirtiendo millones en grandes pelotazos, enseñando a nuestros hijos que lo importante es ganar lo más posible trabajando lo menos posible, vida fácil, compromiso cero, etc, no tengo nada claro donde vamos a llegar.
Está en nuestras manos, cambiemos el mundo cambiando a nuestros jóvenes, pongamos el mundo en sus manos, pero dándoles la herramientas necesarias para hacer de el algo mejor de los que nosotros hemos hecho.
Apostemos por lo que merece la pena.
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