Esta semana Esperanza Aguirre nos ha deleitado con otra gran salida de tono, pero esta es de las más graves que le he oído.
Una vez dada la noticia de que Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón, había sido exonerado de 4 de los cargos que se le imputan, por el mero hecho de haber preescrito, la famosa presidenta de la comunidad de Madrid, con risas y sarcasmo, dice ante los periodistas que se alegra mucho y que no se debe hablar del tema por que no hay tema.
Esto que parece banal, es grave, muy grave… quizás la segunda persona más importante de este país, dada su condición de presidenta de la comunidad de Madrid, no deba alegrarse en publico de que la justicia no haya funcionado, todo lo contrario debería estar indignada, e incluso con cargo de conciencia por lo que a ella la toca.
No entiendo porque esta vez no ha acusado al Zapatero de tener la justicia tan mal, que permite que presuntos delincuentes queden libres por un defecto del sistema. De hecho, como representante de los ciudadanos, debería promover una investigación para ver porque han pasado tantos jueces por el caso, consiguiendo así que se dilataran lo tiempos. Debería pedir la dimisión de Zapatero, la convocatoria de elecciones y denunciar a esos jueces que no han hecho su trabajo. Debería preguntarse porque, perseguir a aquellos que quizás les hayan sobornado o incluso amenazado para que no hicieran bien su trabajo.
Todo esto suena a mafia, pero mafia de la peligrosa, con jueces, policías y políticos implicados, y nuestra presidenta doña Esperanza, se ríe y se alegra, ¿Por qué?, porque son colegas, porque seguramente ella esté implicada en algo, sino lo mismo, parecido, (esto es mi opinión, lastima que no tengo pruebas).
En definitiva, siempre hemos sabido que existen las mafias, lo políticos corruptos, los jueces comprados, pero nunca nos lo habían rebozado por la cara de esta forma y con tanta naturalidad.
Odio las dictaduras y espero que se acaben todas las del mundo, pero estas cosas son las que llevan a los locos a coger las armas y montar una revolución.
Montemos antes la revolución en las urnas y dejemos de votar a personajes, caciques de esta calaña, ni Fabras, ni Camps, ni Aguirres, ni Gil y Gil, ni tantos y tantos de diversos colores, acabemos con ellos pero con lo votos.
Una vez dada la noticia de que Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón, había sido exonerado de 4 de los cargos que se le imputan, por el mero hecho de haber preescrito, la famosa presidenta de la comunidad de Madrid, con risas y sarcasmo, dice ante los periodistas que se alegra mucho y que no se debe hablar del tema por que no hay tema.
Esto que parece banal, es grave, muy grave… quizás la segunda persona más importante de este país, dada su condición de presidenta de la comunidad de Madrid, no deba alegrarse en publico de que la justicia no haya funcionado, todo lo contrario debería estar indignada, e incluso con cargo de conciencia por lo que a ella la toca.
No entiendo porque esta vez no ha acusado al Zapatero de tener la justicia tan mal, que permite que presuntos delincuentes queden libres por un defecto del sistema. De hecho, como representante de los ciudadanos, debería promover una investigación para ver porque han pasado tantos jueces por el caso, consiguiendo así que se dilataran lo tiempos. Debería pedir la dimisión de Zapatero, la convocatoria de elecciones y denunciar a esos jueces que no han hecho su trabajo. Debería preguntarse porque, perseguir a aquellos que quizás les hayan sobornado o incluso amenazado para que no hicieran bien su trabajo.
Todo esto suena a mafia, pero mafia de la peligrosa, con jueces, policías y políticos implicados, y nuestra presidenta doña Esperanza, se ríe y se alegra, ¿Por qué?, porque son colegas, porque seguramente ella esté implicada en algo, sino lo mismo, parecido, (esto es mi opinión, lastima que no tengo pruebas).
En definitiva, siempre hemos sabido que existen las mafias, lo políticos corruptos, los jueces comprados, pero nunca nos lo habían rebozado por la cara de esta forma y con tanta naturalidad.
Odio las dictaduras y espero que se acaben todas las del mundo, pero estas cosas son las que llevan a los locos a coger las armas y montar una revolución.
Montemos antes la revolución en las urnas y dejemos de votar a personajes, caciques de esta calaña, ni Fabras, ni Camps, ni Aguirres, ni Gil y Gil, ni tantos y tantos de diversos colores, acabemos con ellos pero con lo votos.
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