Los medios de comunicación vuelven a tener de que hablar y los políticos retoman la polémica del velo islámico para atacarse mutuamente, pero porque no decimos la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
En España en teoría vivimos en un país, libre, liberal y presumimos de ser defensores de lo más desfavorecidos y de las causas más injustas del mundo. Seamos sinceros, el velo islámico, representa entre otras cosas, el sometimiento de la mujer ante el hombre, y en un país como el nuestro, que incluso tenemos un ministerio dedicado a la igualdad, no debemos permitir esto.
Somos libres y queremos que nuestros hijos lo sean, y es por eso que ahora los jóvenes llevan todo tipo de adornos en su cuerpo, ropas dispares, peinados estrambóticos, y demás modismos que algunos no comprendemos y aun así respetamos, pero ninguna de estas cosas atenta contra la igualdad, ni ataca directamente a un sector de la sociedad como son las mujeres.
Fuimos capaces de quitar los crucifijos de nuestras escuelas, de legalizar el divorcio, el aborto y los matrimonios homosexuales, también quitamos de nuestras calles las estatuas y los nombres de la dictadura, incluso nos atrevimos con dictadores de otros países… pues bien, dejemos de ser tan hipócritas y de meternos solo con lo que nos va a aportar un puñado de votos o de petrodólares, hagamos lo que realmente pensamos y creemos, pese a que ello nos pueda causar problemas políticos o internacionales, luchemos con todas nuestra fuerzas para acabar con la sumisión de las mujeres respecto de los hombres, y ya puesto luchemos porque las religiones sean un residuo tradicional del pasado y no un forma de sociedad o incluso de vida.
Todos sabemos porque se inventaron las religiones, para someter al pueblo o a determinados nichos sociales, pues entonces acabemos con ellas, con todas, que se queden en sus iglesias o santuarios y vigilémoslas para que no infrinjan las leyes y no maltraten a mujeres o niños.
Desde todos los foros de la sociedad, empezando por los políticos y medios de comunicación, hagamos lo necesario para que las religiones y sus costumbres convivan pero sin inmiscuirse en las normas sociales de nuestra sociedad, el que quiera rezar que rece, pero que no se salte las normas.
Si de verdad queremos ser pioneros en algo, podemos empezar por aquí, prohibamos el velo y todo lo que someta a la mujer y la deje en posición inferior ante el hombre, cuando la mujer sea realmente libre, todos podremos pensar que lo somos.
Que llegue de nuevo el destape, pero el de la cara de las niñas islamistas.
En España en teoría vivimos en un país, libre, liberal y presumimos de ser defensores de lo más desfavorecidos y de las causas más injustas del mundo. Seamos sinceros, el velo islámico, representa entre otras cosas, el sometimiento de la mujer ante el hombre, y en un país como el nuestro, que incluso tenemos un ministerio dedicado a la igualdad, no debemos permitir esto.
Somos libres y queremos que nuestros hijos lo sean, y es por eso que ahora los jóvenes llevan todo tipo de adornos en su cuerpo, ropas dispares, peinados estrambóticos, y demás modismos que algunos no comprendemos y aun así respetamos, pero ninguna de estas cosas atenta contra la igualdad, ni ataca directamente a un sector de la sociedad como son las mujeres.
Fuimos capaces de quitar los crucifijos de nuestras escuelas, de legalizar el divorcio, el aborto y los matrimonios homosexuales, también quitamos de nuestras calles las estatuas y los nombres de la dictadura, incluso nos atrevimos con dictadores de otros países… pues bien, dejemos de ser tan hipócritas y de meternos solo con lo que nos va a aportar un puñado de votos o de petrodólares, hagamos lo que realmente pensamos y creemos, pese a que ello nos pueda causar problemas políticos o internacionales, luchemos con todas nuestra fuerzas para acabar con la sumisión de las mujeres respecto de los hombres, y ya puesto luchemos porque las religiones sean un residuo tradicional del pasado y no un forma de sociedad o incluso de vida.
Todos sabemos porque se inventaron las religiones, para someter al pueblo o a determinados nichos sociales, pues entonces acabemos con ellas, con todas, que se queden en sus iglesias o santuarios y vigilémoslas para que no infrinjan las leyes y no maltraten a mujeres o niños.
Desde todos los foros de la sociedad, empezando por los políticos y medios de comunicación, hagamos lo necesario para que las religiones y sus costumbres convivan pero sin inmiscuirse en las normas sociales de nuestra sociedad, el que quiera rezar que rece, pero que no se salte las normas.
Si de verdad queremos ser pioneros en algo, podemos empezar por aquí, prohibamos el velo y todo lo que someta a la mujer y la deje en posición inferior ante el hombre, cuando la mujer sea realmente libre, todos podremos pensar que lo somos.
Que llegue de nuevo el destape, pero el de la cara de las niñas islamistas.
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